Un buen samaritano, dos hospitales, tres pacientes pendientes de un trasplante de riñón y las esposas de dos de ellos. Estos ingredientes han dado como resultado el primer trasplante de riñón en cadena que se hace en España y el primero de cualquier tipo en el que se ha utilizado un órgano de un donante altruista. El proceso, realizado el 6 de abril, lo inició un hombre, un sacerdote, al que se le extrajo un riñón en la Fundación Puigvert. En el mismo centro se implantó ese órgano a otro hombre.
"Dando, doy más de lo que recibo", dice el buen samaritano en una grabación difundida por el Ministerio de Sanidad. "Ahora me siento más ligero". El sacerdote, que estuvo preso - "por razones administrativas, que no delictivas"- en Latinoamérica, oyó allí hablar del tráfico de órganos, lo que le empujó a tomar la decisión de ofrecerse como donante.
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