El día 12 de octubre de 2012, D. Julián, Arzobispo de la diócesis de Santiago de Compostela, nos convocó al Sínodo Diocesano en su carta pastoral: Renovarnos desde Cristo, caminando en comunión.
1. Preparación y sensibilización (curso 2012-2013): orar, motivar, involucrar, colaborar, informar,…
2. Consultas y reflexión (curso 2013-2014): realizar consultas, proponer contenidos, participar en grupos, reconocer inercias, detectar alternativas, dialogar en comisiones, priorizar aportaciones, redactar propuestas,...
3. Asambleas sinodales (curso 2014-2015): debatir propuestas, llegar a consensos y redactar las conclusiones. Una vez aprobadas por nuestro Obispo, serán el nuevo itinerario pastoral de la Diócesis.
4. Eucaristía de clausura: pediremos al Señor que bendiga y multiplique este impulso evangelizador. Será la cima de todo lo que hemos vivido y trabajado, y el punto de partida de nuestra acción misionera.
¿Qué es nuestro Sínodo Diocesano?
- Un proceso convocado por nuestro Pastor en el que toda la Iglesia Diocesana se descubre protagonista de su rumbo pastoral.
- Una oportunidad para que, caminando juntos, tomemos conciencia de todo lo que implica nuestro Bautismo.
- Un servicio a nuestra Diócesis de Santiago de Compostela y a nuestra sociedad, ante los cambios que estamos viviendo.
- Un impulso desde la Palabra de Dios para la Nueva Evangelización y una puesta al día de nuestra experiencia de fe.
- Un instrumento para optimizar nuestras energías, actividades y estructuras diocesanas.
¿Por qué celebrar ahora nuestro Sínodo Diocesano?
- Porque hace más de cien años que no revisamos sinodalmente nuestra dinámica pastoral.
- Porque hemos de dejarnos evangelizar por Cristo para ser evangelizadores.
- Porque necesitamos salir de nuestras inercias, escuchar, discernir, y, juntos, hacernos nuevas preguntas.
- Porque seguimos la llamada de Cristo a ser sal y luz en nuestra sociedad.
- Porque queremos escuchar a tantas personas que silenciosamente abandonan la vivencia de su fe en la Iglesia.
- Un proceso convocado por nuestro Pastor en el que toda la Iglesia Diocesana se descubre protagonista de su rumbo pastoral.
- Una oportunidad para que, caminando juntos, tomemos conciencia de todo lo que implica nuestro Bautismo.
- Un servicio a nuestra Diócesis de Santiago de Compostela y a nuestra sociedad, ante los cambios que estamos viviendo.
- Un impulso desde la Palabra de Dios para la Nueva Evangelización y una puesta al día de nuestra experiencia de fe.
- Un instrumento para optimizar nuestras energías, actividades y estructuras diocesanas.
¿Por qué celebrar ahora nuestro Sínodo Diocesano?
- Porque hace más de cien años que no revisamos sinodalmente nuestra dinámica pastoral.
- Porque hemos de dejarnos evangelizar por Cristo para ser evangelizadores.
- Porque necesitamos salir de nuestras inercias, escuchar, discernir, y, juntos, hacernos nuevas preguntas.
- Porque seguimos la llamada de Cristo a ser sal y luz en nuestra sociedad.
- Porque queremos escuchar a tantas personas que silenciosamente abandonan la vivencia de su fe en la Iglesia.
D. Julián Barrio, Arzobispo de Santiago de Compostela |
¿Para qué celebrar un Sínodo en nuestra Diócesis?
- Para reconocer los signos de los tiempos y hacernos sensibles a otras voces.
- Para renovar desde Cristo corazones y estructuras.
- Para actualizar nuestro compromiso de fe.
- Para vivir en comunión nuestra pertenencia a la Iglesia como servicio al Evangelio.
- Para transformar la sociedad, comprometiéndonos con los que más sufren.
¿Cómo podemos participar en nuestro Sínodo Diocesano?
- Orando intensamente y leyendo con los ojos bien abiertos el Evangelio y la realidad.
- Aportando nuestros consejos, sugerencias y experiencias.
- Participando activamente en los distintos grupos a los que nos convoquen y reflexionando atentamente sobre los temas que se propongan.
- Escogiendo corresponsablemente a quienes nos representarán en la Asamblea Sinodal.
- Poniendo en práctica los consensos y conclusiones que nuestro Obispo establezca como nuevos criterios pastorales.
- Orando intensamente y leyendo con los ojos bien abiertos el Evangelio y la realidad.
- Aportando nuestros consejos, sugerencias y experiencias.
- Participando activamente en los distintos grupos a los que nos convoquen y reflexionando atentamente sobre los temas que se propongan.
- Escogiendo corresponsablemente a quienes nos representarán en la Asamblea Sinodal.
- Poniendo en práctica los consensos y conclusiones que nuestro Obispo establezca como nuevos criterios pastorales.