El mal es una realidad misteriosa y desconcertante que hace dudar de Dios, ¿cómo un Dios bueno y poderoso permite el sufrimiento de las personas justas justas e inocentes? Si Dios es bueno, ¿de dónde procede el mal?, o es que Dios no quiere impedir el mal, y entonces no es infinitamente bueno; o no quiere impedirlo y entonces no es omnipotente. Si no quiere ni puede, es envidioso y débil a la vez.
Estos mismos razonamientos afloran en mucha gente ante situaciones de dolor, especialmente cuando ese mismo dolor afecta a la propia vida.
Hay una parábola moderna: el barbero y Dios, que trata este tema de un modo original en vídeo y cómic.